La violencia armada en Sudamérica ha crecido con los conflictos internos y el tráfico de drogas entre finales de los 70' y todos los 80'. Hoy, las armas de fuego son una de las más dramáticas amenazas a la seguridad pública en la región, frustrando los esfuerzos por lograr el desarrollo, socavando las democracias y el respeto por los derechos humanos.
Aunque Colombia es el único país que tiene un conflicto declarado, la distinción entre la guerra y la paz está desdibujada en el continente. Las inequidades socio-económicas, la corrupción, la brutalidad de las fuerzas de seguridad y el fácil acceso a las armas pequeñas y ligeras han contribuido a que alcance los peores registros de violencia criminal en el mundo, especialmente en las grandes ciudades.La gama de problemas asociados con la proliferación de armas y su uso indebido es evidente: especialmente en Argentina y Brasil. Las poco estrictas regulaciones en otros estados, particularmente en Bolivia y Paraguay, sumadas a los débiles controles de fronteras y al permanente fracaso en la implementación de los instrumentos legales, estimula el tráfico ilícito de armas que son usadas en actividades criminales pero circulan también a todos los ámbitos de la sociedad. Esto lleva a un deterioro de la seguridad pública y paso seguido, un incremento de la demanda de armas.La calidad de la información existente sobre tráfico de armas en la región es escasa y poco transparente, dificultando la cooperación de la sociedad civil en el desarrollo de programas de seguridad pública. A pesar de tener serias implicaciones para la seguridad humana, el tema de las armas de fuego no ocupa un lugar relevante en las agendas políticas. Sin embargo, han surgido iniciativas prometedoras a nivel regional y nacional como campañas para reducir la demanda de armas, acciones de advocacy para mejorar la legislación e investigaciones orientadas a temas como género, victimización, control de arsenales y rutas del tráfico ilícito (especialmente en el cono sur de Sudamérica).En junio del 2001, organizaciones de los países del MERCOSUR (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay) establecieron una red para el control de armas y desarrollaron un sitio web con información y noticias http://www.desarme.org/que facilita la comunicación sobre violencia armada y seguridad humana. Otra red regional, la ARIANSA, ha sido instalada por organizaciones de la Región Andina (Perú, Colombia, Bolivia, Ecuador y Venezuela).
Fuente de la información : IANSA
Aunque Colombia es el único país que tiene un conflicto declarado, la distinción entre la guerra y la paz está desdibujada en el continente. Las inequidades socio-económicas, la corrupción, la brutalidad de las fuerzas de seguridad y el fácil acceso a las armas pequeñas y ligeras han contribuido a que alcance los peores registros de violencia criminal en el mundo, especialmente en las grandes ciudades.La gama de problemas asociados con la proliferación de armas y su uso indebido es evidente: especialmente en Argentina y Brasil. Las poco estrictas regulaciones en otros estados, particularmente en Bolivia y Paraguay, sumadas a los débiles controles de fronteras y al permanente fracaso en la implementación de los instrumentos legales, estimula el tráfico ilícito de armas que son usadas en actividades criminales pero circulan también a todos los ámbitos de la sociedad. Esto lleva a un deterioro de la seguridad pública y paso seguido, un incremento de la demanda de armas.La calidad de la información existente sobre tráfico de armas en la región es escasa y poco transparente, dificultando la cooperación de la sociedad civil en el desarrollo de programas de seguridad pública. A pesar de tener serias implicaciones para la seguridad humana, el tema de las armas de fuego no ocupa un lugar relevante en las agendas políticas. Sin embargo, han surgido iniciativas prometedoras a nivel regional y nacional como campañas para reducir la demanda de armas, acciones de advocacy para mejorar la legislación e investigaciones orientadas a temas como género, victimización, control de arsenales y rutas del tráfico ilícito (especialmente en el cono sur de Sudamérica).En junio del 2001, organizaciones de los países del MERCOSUR (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay) establecieron una red para el control de armas y desarrollaron un sitio web con información y noticias http://www.desarme.org/que facilita la comunicación sobre violencia armada y seguridad humana. Otra red regional, la ARIANSA, ha sido instalada por organizaciones de la Región Andina (Perú, Colombia, Bolivia, Ecuador y Venezuela).
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