Vistas de página en total

lunes, 23 de julio de 2018

EE UU legaliza la pistola que cualquiera puede imprimir en casa



Artículo de MIGUEL ÁNGEL ALFONSO publicado por el periódico “La Verdad” el lunes, 23 julio 2018, 17:31

----

Prohibidas en 2013, la legalización de este tipo de armas capaces de disparar munición real y que se crean con una impresora 3D común abren un debate sobre la seguridad

----

“Una búsqueda en internet de apenas medio minuto y una impresora 3D común serán suficientes en Estados Unidos para conseguir un arma de fuego a partir del próximo 1 de agosto. Y aunque su aspecto es inofensivo -parece un juguete- este tipo de pistolas tienen la potencia suficiente matar a una

persona ya que son capaces de impulsar a gran velocidad munición de calibre real. Los planos de 'Liberator', que es como se denomina al modelo pionero, se publicaron de forma abierta y gratuita en la web en 2013 y han pasado de estar prohíbidos a ser legales por una cuestión de «libertad de comercio».

Así al menos lo ha determinado el Departamento de Justicia de la nación que preside Donald Trump, que acaba tajantemente con un litigio de cinco años de duración, cuando obligó a su creador, Cody Wilson -un texano de 30 años que se define a sí mismo como un postanarquista-, a retirarlas del sitio web en el que las había colgado por infringir las protecciones del Reglamento de Tráfico Internacional de Armas al poder ser descargadas desde cualquier otro país.



La sentencia , que no se esperaban que el tribunal diera su brazo a torcer. «Habíamos pedido la luna e imaginamos que el Gobierno rechazaría nuestra propuesta; nos plantó batalla desde el principio y todo este tiempo y, de repente, han hecho repliegue», ha explicado Alan M. Gottlieb, representante de la Fundación de la Segunda Enmienda y colaborador en este caso. El Departamento de Estado ha accedido incluso a por los costes judiciales.

Esta decisión sienta jurisprudencia y ha abierto un gran debate en la sociedad estadounidense, azotada en los últimos años por tiroteos masivos con víctimas en varios centros escolares del país. Las asociaciones que piden un mayor control en la tenencia de armas han puesto el grito en el cielo por lo que consideran un peligro público. «Estamos sorprendidos y disgustados por que la Administración Trump haya llegado a un acuerdo secreto en tan poco tiempo», comentó a la cadena CNN Avery Gardiner, copresidenta de la Campaña Brady para la Prevención de la Violencia con Armas.

En principio, para poder imprimirla en casa basta con tener el equipo adecuado (los precios de las impresoras 3D oscilan desde los 150 euros a los 10.000) y la licencia de armas correspondiente. Aunque este último punto, al producirse en la intimidad del hogar, es complicado de controlar por las autoridades.

En España, el Ministerio de Defensa, a través de su grupo de expertos del Instituto Español de Estudios Estratégicos, presentó un informe alertando de los peligros de esta tecnología 2016. «El rápido desarrollo de las tecnologías de la información y la posibilidad de materializar 'esa información' mediante el empleo de impresoras 3D han generado un nuevo escenario de riesgo, tanto para el tráfico de armas convencionales como para la proliferación de armas de destrucción masiva», explicaban en el texto.

La legislación española, por su parte, no deja dudas en ese sentido y prohíbe la posesión y la fabricación de armas de fuego, al igual que la mayoría de países de nuestro entorno.

Difícil de controlar

A este tipo de armas ya se las denomina 'pistolas fantásma' porque son imposibles de rastrear, es decir, no cuentan con un número de serie que las identifique a ellas ni a su propietario. Además, al no tener materiales ferromagnéticos puede pasar sin ser detectada la través de los detectores de metales de aeropuertos o edificios públicos.

El tema de la munición, sin embargo, es otro asunto. La pistola necesita munición real para funcionar adecuadamente, esto la hace más vulnerable a todo tipo de controles de seguridad y en el caso concreto de España supondrá una limitación importante, ya que en nuestro país no es fácil adquirir balas sin tener la licencia adecuada.

Sin embargo, como siempre que ha ocurrido con una nueva amenaza, es más que posible que, de popularizarse esta forma de creación de armamento, los controles de seguridad en aeropuertos vuelvan a aumentaruna vez más para hacer frente a una situación con la que, hasta ahora, no se contaba.

Otra cuestión es que este tipo de pistolas también supone un riesgo para la persona que la empuña, ya que no está fabricada con los controles de seguridad que se exigen en la industria armamentística y podrían fallar en caso de estar mal calibradas por la impresora.

Orígenes en la Segunda Guerra Mundial

Ni el nombre, 'Liberator' ('Libertador'), ni la forma del arma son casuales. Replican al modelo que la compañía General Motors produjo en masa durante la Segunda Guerra Mundial para lanzarla en paracaídas sobre la Francia ocupada por los nazis y así dotar a la resistencia de un arma fácil de usar y efectiva. Ahora, su denomiación sirve para hacer apología a todos aquellos que están a favor de la venta de armamento en Estados Unidos, frente a los cada vez mayores grupos de presión que se muestran en contra de que se puedan comprar de forma sencilla.

Para Wilson ha sido una forma de enlazar el pasado con el futuro, «la era de las armas descargables ha empezado», apuntó, sin inmutarse después de conocer la sentencia.”


miércoles, 16 de mayo de 2018

72 horas de armas, banderas y rifles

Artículo publicado en La Vanguardia el 06/05/18 - Autora: su corresponsal en Dallas, Beatriz Navarro

"Quince acres con más de 800 expositores, como prometía la Asociación Nacional del Rifle (NRA) en la publicidad de su convención anual, son muchos metros cuadrados (unos 15.000) y muchísimas armas, un laberinto por el que desde el viernes y hasta hoy habrán pasado más de 70.000 estadounidenses extasiados.
En medio de semejante orgía de fusiles, consumismo, fantasías con forma de pistola, casetas de tiro con láser y accesorios inverosímiles, un rincón del centro de convenciones de Dallas (Texas) absorbe por unos minutos la atención. Son las cuatro y media de la tarde: es la hora de la tómbola. “¿Quién quiere llevarse una gorra? ¿Y una pegatina para el coche?”, pregunta el presentador del stand de Daniel Defense mientras arroja los objetos a una multitud alborozada. Pero no están ahí para esas menudencias. “¿Quién quiere llevarse este rifle?”, pregunta al fin el vendedor, exhibiéndolo con el brazo en alto. “Este regalo no lo puedo tirar, jeje”, ríe. Comienza la rifa y se hace el silencio mientras el público busca su número en las tarjetas que han cogido al visitar el stand. Al segundo intento, ¡bingo! “¡Tenemos un ganador!”, celebra el presentador mientras el público se dispersa, sin esperar a conocerlo.

Hay mucho por ver y decenas de rifas más para ganar armas, sorteos además no presenciales (“se lo enviamos a casa”, prometen mientras registran el e-mail). Para la NRA, su 147ª reunión anual es más que una feria de armamento, conciertos de countryo seminarios para ponerse al día sobre cambios legales. Quiere ser “una demostración de fuerza de la segunda enmienda”, se lee a la entrada de la convención, a la que La Vanguardia asistió como visitante, ya que la asociación sólo acredita a prensa estadounidense.
“Ojalá los medios extranjeros hablaran menos de unos pocos tipos malos que tenemos y se fijaran más en nuestros héroes”, deseó el viernes el presidente de EE.UU., Donald Trump. Uno de ellos es Stephen Willeford, el hombre que en noviembre pasado cogió su fusil y disparó a un hombre que acababa de matar a 25 personas en una iglesia de Sutherlands Springs (Texas) para frenar su mortal propósito. Willeford, socio de la NRA, se enzarzó en un tiroteo en coche con el agresor. La policía lo encontró con tres heridas de bala, una letal en la cabeza, al parecer autoinfligida. “Tenía armas, por eso salvó vidas”, celebró el gobernador de Texas, Greg Abbott, poco antes del discurso de Trump, que habló ante 10.000 admiradores desarmados. Aunque, como en todo Texas, en el resto de actos y espacios se podía llevar armas en público, allí los servicios secretos impusieron su criterio.
Creada en 1871 por un grupo de soldados para mejorar las habilidades de la población para manejar armas, durante un siglo funcionó como una asociación de aficionados al tiro y la caza, pero ha derivado en un poderoso lobby que defiende una interpretación absolutista de la segunda enmienda. “No puedes ceder en nada. Nunca tendrán suficiente, van a querer más y más. Lo siguiente será confiscar todas las armas a los ciudadanos de bien. Los malos tipos siempre las van a encontrar”, defiende a la salida de la feria un jubilado llegado de Massachusetts.
La NRA, que asegura tener 5 millones de socios (el 1,5% de la población total de EE.UU.), ha hecho suya la misión de crear esas “milicias bien armadas” de las que habla el famoso pasaje de la Constitución estadounidense, aunque a menudo se olvide que afirma que deben estar “bien reguladas”. La feria es el momento de otear material, acariciarlo, sostenerlo, probarlo, aunque no puedan comprarlo (sólo se permite la venta de munición y accesorios).
Todo se publicita con la misma alegría, banalidad y las mismas técnicas de marketing que para vender cualquier otro artículo de consumo.
El ambiente es festivo, mayoritariamente blanco y masculino. Hay pandillas de amigos, mujeres y familias con niños, bebés y adolescentes a los que les brillan los ojos al levantar el último grito en rifles automáticos o al encontrar el accesorio perfecto para customizar sus armas. Proclamas patrióticas, banderas y un aroma de libertad presiden los stands, no sólo por la degustación de Black Rifle Coffee. “Libérate del cinturón”, dice la publicidad de una cinta de encaje para ocultar armas de la marca Femme Fatale, que también vende corpiños, ligueros y bolsos al mismo efecto.
Vídeos con operaciones especiales en bosques o ciudades ilustran las fantasías de los asistentes, que pueden desde elegir un safari o un curso de tiro familiar, a contratar un taxidermista o comprar un kit de primeros auxilios. Entre las novedades, los polémicos silenciadores, la pistola con forma de móvil o las flechas con tracker o bluetooth. Unos puestos más allá, un producto que año tras año gana notoriedad: las carteras blindadas para escolares. “Nuestro negocio es la seguridad, señora”, dice el vendedor."