Artículo
publicado el 24 de julio de 2016 en el periódico “El País”.
En Alemania hay entre 20 y 30 millones de armas ilegales
“La
masacre de Múnich no fue improvisada ni provocada por un momento de locura
transitoria. La investigación de las autoridades alemanas ha revelado este
domingo que Ali David Sonboly, el autor de la matanza que acabó con la vida de
nueve personas e hirió a 35 en Múnich, llevaba un año planeando el ataque
después de descubrir en su cámara de fotos imágenes de una visita el verano
pasado al escenario de una matanza escolar en Winnenden, a 250 kilómetros de
Múnich. En 2009, un adolescente de 17 años al que describían como solitario,
mató a 15 personas, entre ellos nueve estudiantes y tres profesores, en un colegio de la localidad y
después se suicidó. También han informado de que el asesino de Múnich no eligió
a sus víctimas específicamente y dejó escrita una nota cuyo contenido está
analizando la policía.
Las pesquisas han aportado
nueva luz sobre cómo este estudiante germano-iraní de 18 años se hizo con la
pistola Glock de 9 milímetros, con la que disparó al menos 58 balas y disponía
de otras 300 en cargadores sin usar que guardaba en la mochila. La policía ha
informado de que el joven, obsesionado con las
matanzas, de las que guardaba recortes de periódico, adquirió la
pistola, de origen eslovaco, a través del Internet oscuro,
un área de la Red que permite a sus usuarios permanecer anónimos y utilizado
frecuentemente con propósitos criminales.
El experto en tráfico de armas
alemán Lars Winkelsdorf, explica a EL PAÍS que la pistola puede alcanzar en el
mercado negro un valor de entre 800 y 1.200 euros, el triple de su precio
normal. Sonboly carecía de licencia y el número de serie del arma había sido
borrado. Los investigadores han informado de que la pistola fue inutilizada y
posteriormente activada para su uso como arma de fuego. Eslovaquia fue también
el país de origen de los rifles de asalto y las pistolas utilizadas por el
terrorista Arnedy Coulibaly en su ataque a la redacción del semanario satírico
Charlie Hebdo en Paris en enero del pasado año, que también fueron reactivadas
en aquella ocasión.
Alemania está analizando la matanza de Múnich para
estudiar qué ha fallado para que un joven de 18 años con problemas
psiquiátricos lograra comprar una pistola y abrir fuego en plena ciudad el
mismo día en que se cumplían cinco años de la
matanza de Anders Breivik, uno de sus referentes, en la isla noruega
de Utoya. El debate público se centra ahora en determinar si las autoridades
están haciendo lo suficiente para controlar el flujo de armas, una discusión
inédita en Alemania y más propia de países como Estados Unidos, en los que la
ley protege un acceso más amplio a todo tipo de armamento y hay casi tantos
ciudadanos como armas de fuego —se estima que hay unas 300 millones—.
Dos influyentes miembros del
gabinete de Angela Merkel, el ministro de Interior alemán, Thomas de Maiziére,
y el vicecanciller y ministro de Economía, Sigmar Gabriel, han pedido que se
revisen las leyes sobre su control. El país germano ocupa el cuarto lugar
mundial en posesión de armas tras Estados Unidos, Suiza y Finlandia con más de
5 millones de armas legales. No entran en esa estadística las entre 20 y 30
millones de ilegales que los investigadores alemanes cifran que circulan sin
control, de las cuales la mayoría no están en manos de organizaciones
criminales y pertenecen a ciudadanos que ignoran su ilegalidad por haberla
heredado de un familiar que sí poseía licencia. Pese a las abultadas cifras, la
Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA) se incautó en 2014 de solo 443
de estos dispositivos.
Las autoridades han
reconstruido el camino que siguió el arma hasta llegar al autor de la masacre,
y la vía política se abre ahora para estudiar si son necesarias nuevas medidas
para endurecer la ley de acceso a las mismas. "Tenemos que seguir haciendo
todo lo que esté a nuestro alcance para limitar el acceso a armas mortales",
defendió el socialista Gabriel este domingo. Actualmente, la ley alemana obliga
a los que quieren obtener armas a ser examinados por la policía, no tener
antecedentes penales, tener un certificado que demuestre la destreza en su uso
y probar que su uso no tiene una motivación criminal y se utilizará para la
caza o el ocio deportivo."
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