España — Entre el 4 y 7 de diciembre, 137 gobiernos de todo el mundo y casi 150 activistas de cuarenta países se han reunido en Viena para participar en
La propia definición de este tipo de bombas y su alcance, la asistencia a las víctimas y la cooperación internacional con las comunidades afectadas por su uso, así como los plazos de aplicación y transición del Tratado, una vez esté aprobado, han centrado gran parte del trabajo de los asistentes a esta Conferencia.
Algunos países, como Japón, Reino Unido o Finlandia, han continuado defendiendo que se incluyan amplias excepciones a la prohibición, para permitir el uso de las bombas de racimo con mecanismos autodestructivos y de auto neutralización, planteando, por lo tanto, que éstas queden fuera del Tratado. También otro grupo de países parecería interesado en dejar fuera del alcance de este nuevo régimen internacional aquellos modelos que, según ellos, tienen un alto grado de fiabilidad para conseguir su objetivo. En este grupo se encuentra, entre otros, Alemania. Pero hay muchos otros países (sobre todo los africanos, latinoamericanos y algunos europeos) que junto con las agencias de Naciones Unidas, el Comité Internacional de
El Gobierno español, que participa en el Proceso desde sus inicios y que es signatario de
Esta postura española puede interpretarse en clave constructiva. Ahora lo que esperamos y deseamos las ONG es que, en sintonía con esta postura, muy pronto el gobierno español tome alguna medida de carácter unilateral (destrucción de stocks, moratoria...) que ayude a avanzar este proceso y que vaya en la línea de defender el DIH y la legalidad internacional.
No faltan ejemplos en este sentido a nuestro alrededor. El Gobierno de Austria anunció, durante el transcurso de
Las cinco ONG que participan en esta campaña internacional consideran que éste es el camino que debería seguir el Gobierno español. Bélgica ya lo hizo en febrero de 2006. Pero también Noruega, Hungría y Holanda, que han decretado una moratoria, son algunos ejemplos de países del entorno europeo que han decidido pasar de las palabras a los hechos. No se puede olvidar que éste no es un tema exclusivamente de defensa ni de intereses militares o industriales, sino también humanitario: el 98% de las víctimas de las bombas de racimo son civiles.
Después de Viena, las negociaciones continuarán el mes de febrero en Nueva Zelanda. A continuación, habrá una reunión final en Irlanda en el mes de mayo y la ceremonia de firma tendrá lugar en Oslo a finales del próximo año. Las ONG continuaremos trabajando en el proceso para obtener el mejor instrumento humanitario internacional posible, así como para que se adopten las medidas nacionales que sean necesarias para poner fin a esta tragedia que día tras día viven millones de personas.
— Greenpeace
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