“La última semana de marzo la prensa italiana se hacía
eco del arresto domiciliario de dos ex directivos de Finmeccanica, Lorenzo
Borgogni, ex director de relaciones externas y Stefano Carli, ex director
operativo de Selex Service Management, perteneciente a Finmeccanica.
Finmeccanica es una empresa líder mundial en tecnología
aeroespacial y de defensa italiana; en la actualidad la empresa se ha
transformado en un holding industrial con representación en más de 100 países;
el estado italiano posee el 30% de las acciones de dicho holding.
La empresa Selex Service Management es una subsidiaria de
Finmeccanica y recibió 400 millones de euros en 2009 para diseñar y gestionar
el sistema Sistri de seguimiento electrónico de rastreo de desechos especiales
y peligrosos. Este sistema fue encargado por el gobierno italiano después de
que la mafia napolitana, que es la que controla la gestión de residuos,
diseminara los residuos peligrosos de forma incontrolada. El sistema Sistri
nunca ha llegado a completarse ni a entregarse.
Las investigaciones de la justicia napolitana en curso,
centradas en el sistema Sistri, han puesto de manifiesto todo un sistema de
facturas falsas y de sobrefacturación entre Selex Service Management y otras
sociedades, a través de las cuales se desviaban fondos a paraísos fiscales y a
cuentas suizas, en algún caso se observó que este dinero fue entregado en
efectivo directamente en las oficinas de Finmeccanica. Dichos fondos estaban
destinados al pago de sobornos y a la financiación de los partidos políticos
italianos.
Lorenzo Borgogni abandonó Finmeccanica en 2011 por las
denuncias de soborno a funcionaros hindús para asegurar la venta de 12
helicópteros valorados en 560 millones de €, según las investigaciones para
conseguir el contrato el grupo industrial pagó 51 millones de €. El Gobierno de
Nueva Delhi ante el escándalo, canceló dicha compra después de que la justicia
india iniciara un proceso judicial por corrupción.
Lo mismo está ocurriendo en Panamá, en donde también se
han vertido acusaciones de pago de sobornos a funcionarios panameños por la
venta de material de defensa valorado en 250 millones de dólares. Algunos
candidatos electorales plantean anular el contrato con Finmeccanica y sumarse a
la investigación internacional de soborno y corrupción que se lleva a cabo en
Italia.
El mercado de material de defensa mueve muchos miles de
millones, en un entorno de confidencialidad y secretismo que favorece las
prácticas de corrupción y soborno. Este mercado está controlado en un 90% por
Estados Unidos, Rusia, La Unión Europea y China y por unas 140 empresas de los
mismos. Debido a las características estratégicas del material, a los intereses
político-estratégicos de dichas exportaciones, a la escasa competitividad
empresarial –no más de dos o tres empresas pujan por un contrato- y al elevado
valor de dichos contratos –cientos o miles de millones-, suele ser habitual que
la empresa productora intente conseguir la firma del contrato sobornando a los
funcionarios encargados de tomar la decisión.
Transparencia Internacional estima que el coste global de
la corrupción en el sector de defensa es como mínimo de 20 mil millones de
dólares al año. El mismo informe señala que solo el 10% de las empresas de
armamento tienen información sobre sus propios sistemas internos de lucha
contra la corrupción. Es decir, no hay mucho interés en controlar la
corrupción.
El principal instrumento para luchar contra la corrupción
es la transparencia. Es por ello que los gobiernos, empezando por los gobiernos
de los principales exportadores de armas, deberían hacer públicas las
transacciones que autorizan, deberían acabar con el secretismo, deberían
publicar las armas que venden, a quien las venden y el valor de las mismas.”
Directora del Instituto Catalán Internacional por la Paz y miembro del Centre Delàs d’Estudis per la Pau.
Artículo publicado en “Público” el 7 de abril 2014
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