Artículo de
EIC (*) publicado en el periódico “El Mundo” el 20/03/16.
“El
estudiante Yohan Cohen, de 20 años, está tirado en el suelo del supermercado de
alimentos judíos Hyper Cacher, en el distrito 20 de París. Es 9 de enero de
2015 y un hombre con un rifle de asalto en cada brazo acaba de
dispararle en la cabeza y en el pecho.
A su lado
yacen otros cuerpos. Cohen llora y grita de dolor. El terrorista se vuelve
entonces hacia los restantes rehenes y les pregunta qué opinan que debe hacer
con Cohen. "No lo mates", responden todos a coro.
Pero es
demasiado tarde.
El yihadista
Amedy Coulibaly sigue una orden precisa: matar a todos los judíos que estén en
el supermercado comprando alimentos 'kosher' para el Sabbath que se celebraba
al día siguiente.
En su
posesión tiene dos rifles de asalto Ceska VZ58. Uno es una versión corta
supuestamente inutilizada, pero que en el mercado negro se ha vuelto a
convertir en un arma letal.
Esa arma
jamás debería haber estado a su disposición. Pero lo estuvo.
Debido a un
escandaloso vacío legal en la legislación europea, en el Viejo
Continente es posible comprar legalmente, a través de páginas web, armas reales
inutilizadas y que sólo puedan disparar balas de fogueo. Pero basta con poco
tiempo y conocimientos básicos en la materia para hacer que esas armas
supuestamente inofensivas vuelvan a disparar balas de verdad.
A menudo se
trata de armas que proceden de antiguos países comunistas. Los Balcanes
y los Estados del antiguo bloque del Este son aún una gran fuente de pistolas y
fusiles que, en muchas ocasiones, acaban en manos de terroristas y redes criminales.
Y el negocio va en aumento, ya que no dejan de surgir nuevas zonas de conflicto
-Ucrania, Irak, Egipto o Túnez- desde las que se trafica con armas hacia
Europa.
El equipo
internacional de periodistas que ha realizado este reportaje ha analizado
durante tres meses el recorrido que han seguido unas armas concretas desde la
página web de una compañía eslovaca que vende pistolas y fusiles de asalto
inutilizados hasta ser empleadas en los ataques yihadistas de París. Con la
colaboración de Bruselas, que con su fracaso a la hora de imponer directivas
exhaustivas sobre la cuestión ha facilitado la venta de estas armas mortíferas.
150 muertos
y casi 400 heridos. Este es el
balance de los ataques terroristas en Europa occidental en 2015.
Las cifras
incluyen el asalto a la revista satírica francesa Charlie Hebdo y al
supermercado judío Hyper Cacher. También las víctimas de la masacre que
en noviembre pasado se produjo en el club parisino Bataclan y los
ataques simultáneos en otros varios puntos de la capital francesa. A lo que se
suma también el atentado en febrero contra una sinagoga y un café cultural de
Copenhague. Y el atentado fallido al tren de alta velocidad Thalys que
hacía el trayecto de Amsterdam a París en agosto.
Todo este
tiempo, la Unión Europea ha tenido a su alcance las herramientas y la
información necesarias para reducir la facilidad de la que gozan terroristas y
criminales para poder hacerse con armas. Pero la realidad es que las
autoridades de Bruselas no actuaron, debido a sus titubeos y a su defensa
exacerbada de la libre circulación de bienes.
La historia de un retraso que dura hasta hoy
Fue en 1991
cuando la UE intentó por primera vez regular el comercio de armas europeo. El
resultado fue la Directiva de Armas, que se concentraba en la libre
circulación de bienes dentro del mercado doméstico europeo.
Por aquél
entonces, las armas inutilizadas que sólo podían disparar balas de fogueo ni
siquiera estaban contempladas en la legislación europea, al no estar
consideradas armas de fuego.
Sólo 17 años
después, el 21 de mayo de 2008, la Comisión Europea decidió imponer a todos los
Estados miembros de la UE una regulación sobre armas más estricta. El objetivo:
si hay chiflados de las armas a los que les hace ilusión tener un Kalashnikov en
su salón, ese Kalashnikov debe estar completamente inutilizada y ha de ser
absolutamente imposible que vuelva a disparar munición real.
Con la directiva 2008/51/EC, la Comisión Europea quería asegurarse de
que se cumplían unos estrictos estándares técnicos que impidieran que esas
armas pudieran volver a ser letales. "La Comisión promulgará directivas
conjuntas de estándares y técnicas de inutilización, con el fin de
asegurar que las armas inutilizadas lo son de una vez por todas",
aseguraba el texto.
Pero
Bruselas estaba demasiado preocupada por no trastocar sus sacrosantos
principios de libertad de circulación de bienes dentro de Europa. En
concreto, los que se refieren a la producción y comercio de armas, un amplio y
legítimo negocio europeo.
Se estima
que el gasto militar mundial en 2014 fue de 1,776 billones de dólares.
El volumen de transferencias internacionales de las principales armas convencionales
creció un 16% entre 2005 y 2014, según el Instituto Internacional de Estudios
para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés).
¿Más cifras?
Según el análisis de SIPRI, España fue el séptimo país exportador de armas a
nivel mundial y sus exportaciones supusieron el 3% del volumen total. Entre
los diez primeros países de ese ranking aparecen otros cuatro países europeos:
Alemania (5%), Francia (5%) y Reino Unido (4%) e Italia (3%).
En este
contexto, el documento de trabajo de la UE establecía que "las reglas
nacionales que rigen sobre el comercio y uso de réplicas de armas [entre las
que se incluyen las armas de fogueo] deben respetar el principio de libre
circulación de bienes.
Pero la
preocupación en torno a la necesidad de garantizar que las armas inutilizadas
lo sean de manera irreversible tiene sustento real. Un arma de la época
comunista que ha sido inutilizada para evitar su uso letal y que sólo es capaz
de disparar balas de fogueo puede, en un mercado sin regular, ser comprada y vendida
legalmente.
Ante esta
situación, Eslovaquia lanzó una alerta a las autoridades policiales
europeas en septiembre de 2013. En un país con regulación bastante laxa en
cuanto al proceso de inutilización de armas, la policía eslovaca estaba
preocupada. Para alertar de la facilidad con la que podían ser reactivadas
algunas armas, la policía publicó un póster que mostraba una pistola que
inutilizada por una compañía de armería eslovaca llamada Kol Arms y un fusil de
asalto Cesva VZ-58 también inhabilitado para poder disparar munición real.
Ambas armas fueron posteriormente reactivadas de manera ilegal.
Bruselas
escuchó el dictamen de la policía eslovaca y las opiniones de especialistas. En
octubre de 2013, un informe de la Comisión ya recogía cómo los expertos de la
Policía señalaban que armas de fogueo estaban siendo "transformadas
ilegalmente en armas mortales". La Comisión añadió que era consciente de
"las diferencias cruciales en los estándares de inutilización" de
armas de un Estado miembro a otro.
También era
consciente del número de asesinatos consumados con este tipo de armas. Pero
después de evaluar la situación, a finales de 2014, Bruselas volvió a perder
la ocasión: los estándares de inutilización sólo se aplicarían a las armas
que se hacen completamente inservibles, dejando fuera a las de fogueo.
De ese modo,
la alerta lanzada por las fuerzas de seguridad eslovaca se perdió en los
resquicios de la UE.
Lo que no
está claro es si había una intención de cerrar ese resquicio.
Intereses conflictivos
En mayo de
2014 tuvo lugar una reunión de expertos europeos sobre el mercado negro de las
armas. A la pregunta de qué se iba a hacer contra los Estados miembros que no
implementaban la Directiva UE de 2008, un representante de la Dirección General
de Empresa e Industria de la Comisión Europea informó de que se estaban
llevando a cabo consultas, pero no se había tomado ninguna medida hasta el
momento. "La Directiva está basada en el principio de armonización
mínima", destacó. En otras palabras: la directiva no tenía poder real.
Tras los
atentados de París y Copenhague, el 18 de noviembre de 2015 la UE anunció una
propuesta para cambiar la directiva de armas de fuego. Tras los ataques
yihadistas, Bruselas quería al fin enviar una señal fuerte de que estaba
cambiando la legislación sobre armas en sus Estados miembros.
Jean-Claude
Juncker, el presidente de la Comisión Europea, acompañó el anuncio con unas
palabras reveladoras. "No aceptaremos más que grupos del crimen organizado
tengan acceso a armas de fuego", exclamó. Una declaración que
implícitamente reconocía que hasta entonces la UE había permitido dicho acceso.
La necesidad
de una regulación más profunda parece evidente. Desde el año pasado los
investigadores policiales se han dado cuenta de que no se trata sólo de que
armas como los fusiles Ceska utilizadas por Coulibaly (el terrorista que atentó
contra el supermercado judío de París) sean manipuladas para hacer de ellas
armas nuevamente letales.
Si los
terroristas y los criminales de Europa quieren conseguir un arma, tienen además
un arsenal enorme donde elegir, oculto bajo una red impenetrable de
proveedores.
Hay antiguas
armas de fuego que todavía pueden matar, como el revólver ruso Nagant, modelo
1895 y fabricado en 1932, que fue encontrado en el apartamento de Coulibaly.
O la FN
Browning 1935 GP Sport belga que utilizó Abdelhamid Abaaoud para
denfenderse de los policías en su piso de Saint Denis. El arma que recuperaron
los agentes en el piso del terrosrista belga-marroquí estaba hecha de piezas de
otras pistolas. Se trata de una excepción dentro del conjunto de armas
utilizado en los atentados de París -aunque no es una excepción en el mercado
ilegal de armas, ya que el tráfico de piezas a través de empresas de mensajería
privadas difícilmente deja huella-.
Hay armas
policiales o militares que han sido robadas, como las que se emplearon en el
ataque contra una sinagoga y un centro cultural de Copenhague en febrero de
2015 y que se saldaron con dos muertos y cinco heridos.
También
están los Kalashnikovs auténticos, almacenados en sótanos privados a todo lo
ancho y largo de los Balcanes, que con frecuencia acaban a la venta (a
veces incluso en mercadillos) y que después entran en Europa occidental
escondidos en coches o autobuses turísticos.
Después por
ejemplo del atentado contra la revista Charlie Hebdo, que dejó 12 muertos, la
policía encontró dos fúsiles de asalto AKM en una empresa de rótulos de
Dammartin-en-Goele, en Francia.
Y después
del atentado de noviembre pasado en la sala Bataclan, que dejó 130 muertos, se
hallaron otras seis armas en el club y en los coches de huida de los
terroristas.”
(*)La red European Investigative Collaborations
(EIC) es una alianza de medios europeos que apuestan por desarrollar
investigaciones internacionales de profundidad. Además de EL MUNDO, forman
parte de esta alianza periodística el semanario alemán Der Spiegel, el Centro
Rumano para el Periodismo de Investigación, Le Soir (Bélgica), Politiken
(Dinamarca), Newsweek Serbia, Falter (Austria), TheBlackSea y Mediapart
(Francia).
El equipo
que ha trabajado en este proyecto incluye a Irene Hernández Velasco, Paula
Guisado, Pablo Medina y Javier J. Barriocanal, de EL MUNDO; Joerg Schmitt,
Juergen Dahlkampf, Martin Brinker, Max Heber y Chris Kurt, de Der Spiegel;
Alain Lallemand, Jean-Philippe Demonty y Marc Vanderbel, de Le Soir; Fabrice
Arfi, Karl Laske, Matthieu Suc y Donatien Huet, de Mediapart; John Hansen y
Jakob Sheikh, de Politiken; Milorad Ivanovic, de Newsweek Serbia; Lukas
Matzinger de Falter; Vlad Odobescu del Centro Rumano para Periodismo de
Investigación; y Michael Bird de The Black Sea. La coordinación ha corrido a
cargo de Stefan Candea.